María Ligia Cifuentes, psicopedagoga de la Clínica Reina Sofía: “La plastilina es un material con el que los niños tienen contacto directo e inmediato; pues el hecho de que puedan moldearlo como quieran y de forma rápida hace que se desarrolle mejor su sistema propioceptivo, que es el que permite que la información que el niño recoge a través de su cuerpo, la pueda interiorizar y expresar. Así, sus procesos de aprendizaje se facilitan posteriormente”.
No solo existe la posibilidad de comprarla sino también podemos hacer nuestra propia plastilina para los niños más pequeños: Se prepara con harina y agua, se amasa un poco hasta que tenga una buena consistencia, para que no se les pegue en las manos, y luego se le echa un poquito de colorante comestible y unas gotas de aceite para que el niño la conozca, la manipule y se divierta.
Al comprar plastilina hay que tener en cuenta sobretodo que no sea tÓxica y la vigilancia de los niños mientras juegan con ella.
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